4 pasos para observar y superar los miedos.

El miedo es una emoción (no es malo sentirla), es la respuesta para evitar el peligro, es un sistema de defensa. El miedo es peligroso cuando se sale de control y afecta la salud mental.

Paso #1 Es importante estudiar el miedo, examinar el miedo, evaluar si es un miedo a una situación específica, a una persona o un miedo por un pensamiento no racional, por tanto, será importante evaluar cómo se comporta el cuerpo ante esto, un ejemplo; si el cuerpo se pone tenso, si sudan las manos, evaluar además como son las reacciones emocionales, físicas y cuales son las sensaciones que se perciben.

Paso#2 Analizar el enfoque, que quiere decir analizar el lenguaje interno, lo que se dice así mismo o así misma. Acá será importante hablar en positivo y pensar de manera positiva ante lo que genera el miedo.

Paso#3 Acá será importante pensar en lo que se sacrifica por ese miedo. Pensar, un ejemplo; . ¿Sacrifico mi paz mental por este miedo?, ¿Sacrifico mi salud física por este miedo?. Es importante examinar esto ya que si se utiliza la razón, la racionalidad y no ser emocional en este paso le ayudará a debatir este miedo y verlo desde lo racional y no desde lo emocional.

Paso #4 Quitarle el poder al miedo. Acá será importante quitarle el poder a el miedo.¿Cómo quitarle poder a un miedo?. Pensar en el peor escenario ayudará a ver que no será tan terrible como la mente lo cree o lo imagina, utilizar la respiración ayudará que baje la aceleración y el ritmo cardiaco que ha generado el miedo, por tanto, el miedo desaparece en la medida que llega la autoconfianza que genera pensar de manera positiva.

Fisiología del miedo

El mecanismo que desata el miedo se encuentra en el cerebro reptiliano, que se encarga de regular acciones esenciales para la supervivencia como comer y respirar. También se encarga del sistema límbico, encargado de regular las emociones, la lucha, la huida, la evitación del individuo y de la especie.

Este sistema opera de manera constante (incluso durante el sueño) y procesa toda la información que se recibe a través de los sentidos, mediante la estructura llamada amígdala que controla las emociones básicas como el miedo y el afecto, y se encarga de localizar las fuentes de peligro. Cuando la amígdala se activa, se desencadena la sensación de miedo y ansiedad. Su respuesta puede ser la huida, el enfrentamiento o la paralización.

¿Cómo afecta al cuerpo?

* Se incrementa el metabolismo celular.

* El corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células, especialmente adrenalina.

* Aumenta la presión arterial, la glucosa en la sangre, la actividad cerebral y la coagulación sanguínea.

* Se detiene el sistema inmunitario, al igual que toda función no esencial.

* Se dilatan las pupilas para facilitar la recepción de luz.

* La sangre fluye a los músculos mayores, especialmente a las extremidades inferiores.

* El sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante y los lóbulos frontales (debido a la inhibición de ciertas respuestas) se desactivan parcialmente.

Todo lo anterior facilita la respuesta del individuo ante el peligro y esto sucede por igual ante cualquier tipo de miedo. Claro que también existen consecuencias que pueden llegar a ser desagradables:

* Taquicardia

* Sudoración

* Temblores

* Retroalimentación del temor y pérdida de control

* Falta de control en los riñones que puede provocar orina involuntaria

¿Cómo enfrentarlo?

Incluso las personas más valientes tienen miedos que deben superar. ¿Le temes a algo tangible, como a las arañas, la oscuridad, la soledad o las alturas? Quizás le temes al fracaso, a los retos de la vida, al cambio o algo más difícil de precisar. Sin importar, qué es lo que te atemorice debes aceptarlo, aprender a afrontarlo y tomar control de tu miedo para evitar que te paralice a lo largo de tu vida. Usar esto pasos permitirá el miedo pierda su control sobre ti.

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